lunes, 29 de diciembre de 2008

Anunciado en radio

En estos tiempos, y más todavía si cabe en estas fechas en las que estamos bombardeados por todo tipo de publicidad, en algunas campañas sigue utilizándose la coletilla de “anunciado en televisión”, como si esto diera mayor prestigio al producto. Supongo yo que en otros tiempos así debía de ser, cuando cualquier empresa no tenía los medios para pagar una campaña promocional en la “caja perversa”. Digo bien lo de perversa, porque la televisión de tonta ya no tiene nada, y la verdad es que si antes anunciarse en televisión daba prestigio y credibilidad, viendo lo que programan actualmente las distintas cadenas, animamos a los anunciantes a que se pasen a la radio, y ya que estamos, a HERRI IRRATIA LOYOLA MEDIA, y más concretamente a La última seducción, ¡a ver si así nos suben el sueldo!
Para que veáis qué buenos productos se anuncian en La última seducción:

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Ya huele a abeto

Esa frase la decía un personaje de la película "Dóberman" al referirse a la llegada de la navidad. Ya se que no se estila, pero ¡qué narices!, a mi me gusta la navidad. Los reencuentros (al menos cuando es posible), el pastel de puerros de mi madre, "Cuento de navidad" de Dickens, "¡Qué bello es vivir!" de Capra, la extraversión desbocada de nochevieja, el rosco de reyes, regalar y ser regalado, recordar la empanadilla de Martes y trece, el villancico "Let it snow", el trabajar menos, las chicas vestidas con el traje de "artzaiandre", los propósitos (que luego no se cumplen) para el año nuevo, un cóctel de champán con la persona amada...
La navidad ya está aquí, y si eres de los que la sufre, piensa que es más fácil dejarse llevar por la corriente que nadar contra ella, o sea que ¡déjate poseer por el espíritu navideño!
Frank Sinatra cantando Let it snow:

jueves, 11 de diciembre de 2008

¡Felicidades!

Hoy cumple un año este blog:
http://laultimaseduccion.blogspot.com/2007/12/si-no-tienes-un-blog-segn-parece-no.html
En ese periodo, han sido 107 nuestras entradas, posts, o desvaríos, que han tenido 3.939 visitantes, que a su vez han visto 6.700 páginas. Gracias a tod@s por vuestro apoyo: Con él esperamos cumplir muchos más.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Somos marionetas en manos del destino... Titirijai 08

Marionetas rusas que se exhiben en el palacio de Aramburu de Tolosa con motivo de la celebración de Titirijai, el festival internacional de títeres de Tolosa en su 26ª edición.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Hay que ponerse las pilas

Cegasa va a dejar de fabricar pilas de consumo. Según parece, el sector está en franca recesión: En los últimos 20 años, el 70% de las empresas de fabricación de pilas europeas han desaparecido, y es que las multinacionales japonesas y norteamericanas copan el mercado. A colación de esta mala noticia, me preguntaba yo si en estas empresas, para predicar con el ejemplo, todo iba a pilas, hasta las propias máquinas para fabricar pilas. Pero claro, qué fue antes: ¿La máquina de fabricar pilas o las pilas que hacían funcionar la máquina de fabricar pilas? En este caso parece que la gallina... digoo la máquina sería antes, ¿no?
Con esta noticia han venido a mi memoria las pilas de mi infancia, las Tximist, las predecesoras de las Cegasa, y es que eso de Tximist de cara al mercado exterior como que no era muy comercial, y por ello cambiaron su nombre comercial al de Cegasa, si no estoy equivocado. Está más que claro que con esto del arrechucho (véase crisis) o nos ponemos todos las pilas (que ya no serán Cegasa), o nos vamos al garete.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

MAYÚSCULAS

Las MAYÚSCULAS son letras que se ponen de puntillas. Son prepotentes, y cuando llevan tilde, la usan como sombrero para protegerse de la lluvia. Las minúsculas en cambio la utilizan para cubrirse del desdén de las MAYÚSCULAS. A las MAYÚSCULAS les gusta que les pongan en negrita, y no les gustan nada las cursivas, que les parecen cursis.

lunes, 1 de diciembre de 2008

domingo, 30 de noviembre de 2008

La piel del oso

Se vende logotipo. Sin usar. Ideal para entidad de ahorro del país vasco. Abstenerse curiosos. Se exige solvencia, y se ruega seriedad, que para chapuceros ya estamos nosotros.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Juegos de infancia

Era una mañana de invierno, fría y húmeda. O así la recuerdo yo al menos. No tendría más de 6 años. El colegio era una aventura diaria, y el recreo, ese tiempo y espacio en el que reivindicarnos, y conocernos. El mío no era un colegio religioso, pero sí que utilizaba las instalaciones de una orden religiosa, y el rincón más fascinante del patio era un pequeño montículo de rocas presidido por una virgen de cemento. Subíamos ese montículo, lo coronábamos, nos sentíamos los reyes del recreo por un instante, y lo bajábamos por el otro lado. No le hacíamos mucho caso a la figura, no despertaba nuestro interés la única habitante de esa isla en nuestro patio. De vez en cuando algún religioso cruzaba lo que considerábamos nuestros dominios y que realmente eran los suyos, y les mirábamos con cierto recelo, miedo incluso, su oscura presencia interrumpía por unos momentos hasta nuestros partidos más disputados.

El recreo avanzaba inexorable, y en un momento dado, Aitor y yo nos inventamos un juego. Nos escondimos tras el montículo, e intercambiamos toda nuestra ropa, de arriba abajo. Al llegar a clase, no se muy bien cómo la profesora se dio cuenta del cambio, y nos volvió a poner a cada uno nuestra ropa. Pero, ¿y si nos cambiamos algo más que la ropa? ¿Si realmente nos cambiamos hasta las identidades? ¿O si nos cambiamos las identidades y no la ropa? Quizás yo ahora sea Aitor, haya vivido su vida, y él la mía. Hasta ahora.

Recordé esta historia de mi infancia al ver en el festival de cine de San Sebastián El niño con el pijama de rayas. ¿Pero es un recuerdo mío, o de Aitor?

miércoles, 19 de noviembre de 2008

2 Españas, 2 iglesias, una mirada: La Vasca

España, iglesia... Más de uno se habrá acojonado con el título de esta entrada, pero la cosa va de cine, en concreto sobre la nueva película de Helena Taberna (Yoyes fue su ópera prima) que se estrenaba el pasado viernes, tocando un tema, el papel de la iglesia en la guerra civil española, que según nos decía la propia directora en nuestro programa, no había sido tratado en el cine español.
La película está inspirada en la historia de un tío de Helena Taberna, Marino Ayerra, que fue párroco de Alsasua durante aquel conflicto armado. No está de más recordar capítulos vergonzantes del pasado en estos tiempos en los que el concepto "memoria histórica" está en boca de muchos, y desde esa perspectiva la película puede ser válida, incluso necesaria, aunque desde un análisis estrictamente cinematográfico, algún pero se le pueda poner.
La buena nueva arranca titubeante, con algunas interpretaciones acartonadas, movimientos de figuración poco naturales, puestas en escena algo estáticas, defectos por otro lado habituales en muchas producciones españolas de época. Pero hay que reconocer que, a medida que avanza, la película va cogiendo empaque, con un Unax Ugalde en estado de gracia a la hora de interpretar a ese cura que se enfrenta a aquellos que supuestamente defendían a la iglesia, falangistas y carlistas, para proteger a los perseguidos, los rojos. El guión también nos ofrece los giros necesarios para que la historia crezca, y podamos conocer todas las posturas, sin cargar las tintas en exceso en la dicotomía víctimas - verdugos. Otro de los aciertos de La buena nueva está en la partitura de Ángel Illarramendi, inspirada en la música sacra, que evita subrayar en exceso el drama que ya describen las imágenes. Y precisamente esa es la principal característica de La buena nueva, el no subrayado: es una película Vasca, y no solo porque el equipo técnico y artístico sea casi exclusivamente de aquí, y haya sido rodada en Leitza, lo digo porque es de una contención emocional muy nuestra. La película nos puede recordar mucho a La lengua de las mariposas, una historia muy parecida aunque en aquel caso centrada en la figura del maestro del pueblo, pero aquella sí que tenía una carga emocional muy superior a La buena nueva, que no digo que esto sea mejor ni peor, simplemente es más vasco. Y lo que son las cosas, eso seguramente tranquilizará a aquellos que pensaban que esta película iba a levantar ampollas: nada más lejos de la realidad. Desde una perspectiva cristiana, que aunque uno no sea practicante, ni siquiera creyente, ha sido educado en esa fe, la actitud del cura protagonista es intachable al menos en cuanto a su compromiso con los necesitados, su relación con la maestra interpretada por Bárbara Goenaga podría ser más discutible, pero esa relación al fin y al cabo es muy cinematográfica, y nos muestra que debajo de una sotana, hay un hombre, que sufre, siente e incluso puede que desee. Y Helena Taberna decide centrarse más en esa parte de la historia, sin hurgar en exceso en la actitud bien distinta que tuvo la jerarquía eclesiástica en la guerra civil española.
El regusto final de La buena nueva es positivo, al menos desde nuestra perspectiva, sentimos la mirada de la directora próxima, y la sentirán también así aquellos que piensen que no se debe olvidar, aunque se pueda perdonar: se supone que ese es un precepto cristiano ¿no? Aunque ya digo que yo no soy creyente...

lunes, 17 de noviembre de 2008

El libro de las caras













Las caras, los espejos de las almas: ¿Tiene Internet alma? Desde el pasado viernes formo parte de Facebook. No me llamaba mucho la atención ese tipo de servicio de Internet, y bastante entretenido andaba yo con blogs, youtubes y myspaces. Pero me invitaron, y entré. Y la verdad es que las primeras sensaciones vividas en esa red de contactos son satisfactorias, pero también sorprendentes. Cuando encuentras a alguien conocido, le envías una solicitud de amistad, y si la acepta, te llega un mensaje que dice “XXX es ahora amigo tuyo”: Y sí, muchas de esas personas que te lo solicitan realmente lo son, pero ¿acaso no lo eran antes? Eso de que “es AHORA amigo tuyo” da que pensar. Y con otras no tienes una gran relación, ¿seremos a partir de ahora inseparables? De hecho puedes contactar con los amigos de tus amigas, que a pesar de lo que cantaban Objetivo Birmania, ¡no son tus amigos! ¡quien sabe hasta donde podríamos llegar así!
Si aplicamos la teoría de los 6 grados de separación
¿A quien podría conocer a través de mis contactos? Y claro, si alguien solicita ser tu amigo, ¿cómo lo vas a rechazar? Es muy borde, ¿no? Pero a ver si luego te va a pedir dinero, que con esto del arrechucho (para La última seducción no hay crisis, hay arrechucho) no estamos para tener muchos de esos amigos. Qué se trata, ¿de sumar el mayor número de amigos? ¿Es mejor persona quien más amigos tiene?
Da juego esto de Facebook, de todas formas por ahora me tira más el blog, pero aunque una cosa no quita a la otra, el tiempo, al menos en mi caso y supongo que también en el vuestro, no es algo relativo, se escapa entre los dedos que teclean parsimoniosamente este teclado que tengo delante… Voy a ver si tengo nuevos amigos en Facebook.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Play music

Tocar música. Aunque se podría traducir también como jugar música, jugando con la música, la música como juego. Y en ese juego nos sumergió ayer Matthew Herbert en el Victoria Eugenia donostiarra. Toda una big band a su servicio, 18 músicos cómplices, dispuestos a saltarse los corsés del género, los stándars, para divertir y divertirse: Tocando sus instrumentos por supuesto, pero lanzándose también papelitos, inflando globos con los instrumentos de viento, utilizando periódicos como improvisada sección rítmica, y con un niño grande como maestro de ceremonias, el propio Matthew Herbert manipulando samplers y demás cacharrería electrónica, como si fuera Charlot en la película Tiempos modernos. Un espectáculo que conjugaba a la perfección el clasicismo con la modernidad, desde una perspectiva lúdica, informal, desmitificadora: Un lujo, para disfrute de niños grandes y mayores.

martes, 11 de noviembre de 2008

sábado, 8 de noviembre de 2008

Black power... Better black hope

Es mulato, pero le dicen negro. O afroamericano. Con él, puede que todo cambie: ¿Será ahora negra la casa blanca? ¿Se dejarán de utilizar expresiones como “me estás poniendo negro”? ¿O se cambiará “blanco y en botella” por “negro y en botella”? ¿El reinado del sólo o el cortado dará paso al “café con leche”? ¿Se pondrán de moda los conguitos? ¿Y también el jabón “Tulipán negro”? ¿Beyoncé podría ser princesa de Gales? ¿”Negro porvenir” tendrá una connotación positiva? ¿Así como “me las voy a ver negras”? ¿Dejará de ser negro el luto? ¿O los fundidos finales de las películas? Los árbitros ya no visten de negro... ¿Cambiaran el uniforme de los “beltzas” por un fucsia? ¿El crack del 29 conocido como “jueves negro” será ahora “jueves blanco”? De hecho la responsabilidad de aquella crisis financiera fue exclusiva de los blancos... ¿Ahora ya no se vestirá a los bebés de rosa o azul según su sexo, sino a todos de negro? ¿La medalla que se le dará al ganador será la de bronce? ¿Bill Cosby será ministro de cultura? ¿Y Eddie Murphy portavoz del gobierno? ¿”Negrata” será un piropo? ¿Y la nigromancia o la magia negra estarán bien vistas? ¿La paloma de la paz se teñirá de negro? ¿Negra y radiante va la novia? ¿El lumumba será la bebida más consumida? ¿Y las trufas negras todavía más exclusivas? Así como el caviar, y ¡no digamos la popularización a nivel mundial de los chipirones en su tinta! ¿El “Black is black” de Los bravos será el nuevo himno estadounidense? ¿O el “Back in black” de AC/DC?

Tenemos nuevo presidente mundial, y más allá del tono de su piel, espero que vengan nuevos tiempos, y podamos ver todo de color de... bueno, que las cosas mejoren, sean del color que sean.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

LA DIFERENCIA

En un centro que acoge a personas sin hogar, la indiferencia se queda fuera. Al mezclarte con ellos, te das cuenta que existe otro mundo paralelo al nuestro. Pasar al otro lado no es tan difícil como pudiera parecer, lo complicado es REGRESAR.

Te quedas mirándoles, sin atreverte a acercarte a ellos. Son como tú, pero tan diferentes… tu después volverás a casa. Ellos no. A ti alguien te espera, a ellos sólo les aguarda la calle y el frío. Te sientes una intrusa sentándote a su lado. Una extraña que intenta ser amable con ellos. ¿Realmente sientes empatía hacía ellos? o ¿están demasiado lejos para llegar a su lado?. Te dices a ti misma que estás allí para algo. Y dejas de charlar con los que sí que tienen un hogar y te pones a su lado, aunque al principio sólo sea físicamente. Y comienzas con trivialidades para pasar, si te dejan, a su vida, a sus porqués, a sus cuándo, a sus razones… y entonces, por unos momentos te olvidas de dónde estás. De repente, te encuentras en un bar riéndote con unos amigos sobre las ocurrencias del hombre con acento tejano. Un poco antes has buscado las siete diferencias en el pasatiempos del periódico con el chico marroquí que se irá pronto a Almería a recoger aceitunas. Y también has preguntado por preguntar al argelino de qué equipo de fútbol es. La respuesta ha llegado con una indiferencia educada: “Yo primero tengo que arreglar mi situación personal, esas cosas no me importan”. Ahí es cuando te has chocado de bruces con su realidad y esa sí que es diferente.


martes, 4 de noviembre de 2008

El fin justifica los medios

Y mediada la semana de terror, nos hemos encontrado por fin, cara a cara, precisamente con eso, con el horror. Martyrs. Nos ha golpeado en el estomago, en la conciencia, nos ha desgarrado la piel cinéfila, nos ha desasosegado, nos ha perturbado. Justo lo que buscábamos. No es una película recomendable, pero tampoco es una película para dejarla pasar si todavía esperas algo del cine de terror. Pascal Laugier nos pone en una tesitura difícilmente sostenible, porque pasamos de ser espectadores a víctimas, o mártires, pero es que según ha comentado él mismo en la rueda de prensa, etimológicamente mártir viene del griego, y quiere decir testigo, algo que le sirve a él en la historia para que esas personas sean torturadas hasta el límite entre la vida y la muerte con el fin de que nos cuenten qué hay más allá. Pero los testigos somos nosotros, y la película nos arrastra hacia el abismo, hacía lo inhumano del ser humano. Es violencia explícita, pero justificada, al menos desde la perspectiva de quienes la infligen, para ellos el fin sí justifica los medios.
Le preguntaba al director si, como si de un juego de espejos se tratara, él mismo se había sentido como uno de esos torturadores al rodar los 25 minutos finales de la película, maltratando realmente a la actriz, y contestaba que al rodarlo se sentía bien al ver que las cosas salían como esperaba, pero al ver luego esos 25 minutos finales montados, se odió a si mismo. De todas formas, viendo la repercusión que está teniendo la película, supongo que Pascal Laugier pensara que el fin sí justifica los medios, al menos los audiovisuales.

jueves, 30 de octubre de 2008

¿Susto o muerte?

No es de carne y hueso: El hombre lobo, digo, el japonés sí. Es Tomoo Haraguchi (el japonés), junto a una de sus creaciones. La Semana de cine fantástico y de terror de San Sebastián le dedica una exposición, y ha sido uno de los primeros invitados de esta edición que arranca mañana. Y yo me pregunto, ¿habrá facturado al hombre lobo o ha viajado en business class?
Ya he tenido ocasión de ver la peli inaugural, The alphabet killer, el enésimo asesino en serie, perseguido en este caso por una detective esquizofrénica, cómo está el cuerpo... Y claro, con la excusa de la esquizofrenia, y al tener el espectador el punto de vista de la detective, no sabemos qué es real y qué es fruto de su enferma imaginación, y eso sirve para que el director pueda conducir la trama por vericuetos injustificables desde el sentido común. Y va y encima en la rueda de prensa compara su peli con Corredor sin retorno, la obra maestra de Sam Fuller, que ese sí que justificaba el meternos de lleno en la locura. Imperdonable, la comparación, y floja, la peli: Ya desde que vemos en la primera secuencia a una niña escapando del asesino a trote cansino para no adelantar a la cámara... Pa colmo resultaba un tanto macabro que el director presentara una peli sobre un asesino en serie y violador de niñas con su hija pequeña en el regazo, de una edad parecida a las víctimas de la peli.
Esperemos que de todos los estrenos que vamos a ver esta semana, alguno raye el notable, que tal y como esta el género va a costar, pero no perdamos la esperanza antes de empezar: ¡Que corra la sangre!, ¡pero de mentirijilla eh!

lunes, 27 de octubre de 2008

El misterio de la casa de los murciélagos

El piso de Carlos era normalito. El último de un bloque de apartamentos. No era muy amplio, pero tenía una espaciosa terraza de la que disfrutaba especialmente Raspas, su gato. Raspas se desparramaba al sol, intentaba con escaso éxito cazar alguno de los despistados pájaros que decidían hacer un alto en su vuelo en su coto de caza, y se daba largos paseos por el tejado del edificio, al que tenía acceso desde la propia terraza.
Para que Raspas pudiera seguir disfrutando en cualquier momento del exterior sin que esto obligara a Carlos a tener la puerta de la terraza abierta y padecer así el rigor del invierno, este decidió instalar una gatera con su puertecita batiente que le permitiera entrar y salir libremente aunque la puerta estuviera cerrada. La armonía gato – humano fue perfecta, hasta que un tercero entró en discordia: Una noche, mientras Carlos miraba sin especial interés lo que ofrecía la televisión, un murciélago surgió de la nada, y comenzó desorientado a dar vueltas por el salón, tratando de encontrar la salida. Y os preguntaréis, porqué no salió por donde había entrado, y ahí surge el enigma: Puertas y ventanas estaban herméticamente cerradas. Tras abrir la ventana, el murciélago dio todavía un par de vueltas más hasta que pudo ubicar la escapatoria a golpe de ultrasonidos.
Este episodio habría quedado en una simple anécdota si no fuera porque al día siguiente, se repitió. Y no solo al día siguiente: A partir de ese momento, todos los días, si no era por la noche, a la mañana al levantarse, Carlos encontraba un murciélago en el salón, y es más, a veces lo que encontraba era el cadáver, o su pequeño cuerpo decapitado. Esto último podía tener su explicación en la presencia del gato en el domicilio, que podía haber cazado al murciélago, y haber dado buena cuenta de él.
El desánimo se apoderó de Carlos, incapaz de encontrar un razonamiento lógico que explicara aquellas visitas diarias. Y en esas estaba cuando se enteró de que un experto en murciélagos iba a dar una conferencia en su ciudad. Esperando que este pudiera hacer algo de luz sobre aquel misterio que le tenía desconcertado, decidió asistir a la charla. Tras escuchar atentamente las explicaciones del experto y conocer algo más de esos mamíferos con los que compartimos hábitat, le abordó tras la charla y le contó su caso. El experto, tras conocer el enigma, le dijo que tenía que tener una explicación sencilla, basada en lo escurridizos y pequeños que son los murciélagos, características que les permiten entrar por los agujeros más reducidos, aquellos por los que nunca pensaríamos que podrían acceder, y que en su caso, podría haber sido a través de la caja en la que se suelen recoger las persianas enrollables, que suelen estar encima de la ventana y dentro de la vivienda. Al decirle al experto que aquel no era su caso y que en su salón no había ningún resquicio por el que se pudieran colar, el experto decidió que estaba ante un caso que podía ser digno de ser estudiado sobre el terreno, y se ofreció a visitar el piso para aclarar el entuerto.
El experto se pasó un buen rato estudiando la casa, y tras husmear por todos los rincones y recovecos del salón, tuvo que dar su brazo a torcer y reconocer que no había manera de que un murciélago entrara en el salón con la puerta de la terraza, la ventana, y la puertecita de la gatera que ningún murciélago podría abrir, cerradas.
Tras agradecer su interés al experto, a Carlos no le quedó otra opción que aceptar que la suya también era la casa de los murciélagos, y por supuesto la de Raspas, que le miraba como acostumbran a mirar los gatos, con ojos de estar por encima del bien y del mal. Pero ¿Y si ese animal irracional tuviera la respuesta? Al fin y al cabo el que estaba beneficiándose de la situación era él, cazando y jugando con los murciélagos, por tanto ¿por qué no iba a ser cosa suya? En los siguientes días más que en la rutina de los murciélagos, Carlos se fijo en la de Raspas: Sus paseos a la puesta del sol por el tejado, de los que no sabía muy bien en qué momento de la madrugada volvía, y esas mañanas en las que se lo encontraba en el salón con cara de no haber roto un plato. Carlos empezó a ver claro que Raspas era el culpable de la situación, pero no sabía cómo conseguía amanecer en el salón acompañado de un murciélago. Pero cuando Carlos estaba a punto de lanzar la toalla, la luz se hizo: Entre los hábitos de los murciélagos que describió el experto en su charla, recordó que comentó que era habitual que eligieran huecos en los tejados de las casas como madriguera, y que tras pasar todo el día en ellos, salieran a alimentarse cuando se ponía el sol, justo cuando Raspas se iba de paseo precisamente al tejado: Por lo tanto, ¿y si Raspas había descubierto una madriguera de murciélagos, sabía cuando salían, y lo que hacía era esperar hasta que atrapaba a alguno de ellos, pero en vez de matarlo al instante lo llevaba en su boca hasta introducirlo en el salón por la gatera, y así poder hacer uso de él como estimara oportuno sin riesgo de que se escapara? Esa hipótesis era realmente retorcida, pero propia de la mentalidad felina. Carlos no tenía pruebas de que esto fuera así, pero a partir de ese momento, y probablemente porque Raspas se dio cuenta de que habían descubierto su macabro juego, y así ya no tenía gracia, ningún murciélago más volvió a aparecer en el salón de Carlos.

jueves, 23 de octubre de 2008

Paisaje de mañana de domingo con niña

Despunta un agradable sol otoñal. Las ardillas se dedican a hacer acopio de alimentos de cara al inminente invierno. Las últimas rosas florecen in extremis ante la poda venidera. Una mujer, un hombre y una niña pequeña disfrutan como si fuera la primera vez (¿es que acaso no lo era? y ¿por que no pensar que siempre es la primera vez?) de esas pequeñas cosas de las que ninguna crisis nos puede privar: Unas pinturas con las que colorear de vivos tonos cualquier atisbo de gris que asome por los márgenes de su idílica realidad, unas manualidades que pueden ser algo más que un simple entretenimiento (¿Las lucirá una chica la noche en la que quizás conozca al amor de su vida?), y una mirada que quede plasmada en la pantalla de un ordenador, que como su propio nombre indica, sirve para ordenar esos pensamientos, reflexiones, situaciones o diálogos que se cazan a vuelapluma.
La niña está descubriendo el mundo, y los adultos lo ven desde otra perspectiva de la mano de ella: Reflexiones cargadas a partes iguales de inocencia y verdad, o palabras que mutan y adquieren nuevos sentidos. E aquí algunas de estas últimas surgidas en 5 minutos de conversación:

-Boligrajo: El boligrajo pinta muy negro, y grazna desde una rama baja.
-Paca: La paca muge, da leche, blanca, y tiene nombre propio, Paca.
-Lila es gris: Y es que ¿cómo va a existir el gris a los ojos de una niña?

martes, 21 de octubre de 2008

Malas compañías

Había sido el mejor de su promoción en Cambridge. Incluso formó parte de la tripulación que batió por 3 años consecutivos a Oxford en la legendaria regata. Al doctorarse, las consultorías bursátiles más prestigiosas y los bancos más poderosos se lo rifaban. Tras estudiar todas las ofertas, se decidió por un banco en el que ponían a su servicio un mercedes con chófer, cada 2 fines de semana el director general le dejaba las llaves de su mansión en la costa azul, a la que podía desplazarse en el jet privado de la empresa, y podía elegir su propia secretaria, bajo el criterio que él mismo estimara oportuno: Basándose en su eficiencia, o en su presencia.
Tampoco le faltaron ofertas matrimoniales: Todas las herederas en edad de merecer de las fortunas más indecentes se arrimaban a él en las fiestas que organizaban sus progenitores para buscarles un marido digno de su posición, y cuando se decidió por la que parecía la mejor opción, la hija de un promotor inmobiliario que había amasado una inmensa fortuna a base de sobornar a concejales sin escrúpulos de localidades costeras del mediterráneo, más que pedirle la mano podríamos decir que le lanzó una opa hostil a su padre, que vistas los posibilidades de diversificación del negocio y de blanqueo de dinero que le ofrecía su futuro yerno/socio, aceptó encantado. La chica bastante tenía con fundir mensualmente los fondos de la visa diamante que diligentemente alimentaba su padre.
Pero cuando todo parecía ir sobre ruedas, cuando la vida que había imaginado para él el protagonista de esta historia era una exitosa realidad, de la noche a la mañana, todo cambió. Los bancos, que habían especulado hasta lo insostenible con un dinero que no tenían, quebraron. Aquellos que tenían sus escasos ahorros en esos bancos, se asustaron. Las empresas se quedaron sin liquidez para afrontar sus pagos, y muchas tuvieron que cerrar. Y la bolsa entró en barrena.
La gente de la calle no entendía cómo se podía haber llegado a esa situación, cómo en la supuesta bonanza económica en la que vivían todo se podía ir al traste por la desmedida avaricia de los que más tenían. Aquellos que habían sido admirados y respetados, ahora estaban en el disparadero. La gente señalaba por la calle a los trajeados, que evitaban por todos los medios atravesar los suburbios, en los que cualquier coche de alta gama era objetivo de la ira y la frustración de aquellos que habían perdido lo poco que tenían. Los economistas habían pasado al escalafón más bajo de la sociedad, por debajo incluso de los árbitros, los meteorólogos, los promotores inmobiliarios, los prestamistas y los sepultureros.

jueves, 16 de octubre de 2008

To estar or not to ser

Citaba mi sala de estar (y nuevamente de escribir) en la reciente entrada Fiestas de barrio, y me paraba a reflexionar un instante sobre esa expresión de uso común, y es que toda casa tiene una sala de estar. Los anglosajones dicen living room, y pienso que se ajusta más a la realidad: Vivimos en la sala, muchas personas incluso comen frente a la tele, de hecho living sería el gerundio, no el infinitivo, por lo tanto viviendo: los juegos de los niños en la alfombra, las caricias de los recién casados, la indiferencia de las parejas sumidas en el hastío, las celebraciones familiares que a veces tienen poco de celebración, el chaval que prepara un examen, el padre que lee el periódico, el gato que dormita en el sofá, la abuela que hace ganchillo, el polvo que se acumula en esa enciclopedia que nadie ojea, el despotismo de la tele que siempre quiere ser la protagonista, el tiempo que pasa, con doce uvas que se comen cada nochevieja.
Viviendo, en la sala de estar, y de ser.

martes, 14 de octubre de 2008

La inspiración tiene uñas

Leía hace unos días en un autobús urbano de San Sebastián una frase que se me quedó grabada: Las arañas tienen uñas. En ese mismo instante fui consciente de que esa afirmación iba a acabar desarrollando una entrada en este blog, aunque no tenía ni idea de qué iba a tratar.
La frase se acomodó en un pequeño rincón de mi cerebro a la espera de que cobrara sentido. Los días iban pasando, otras ideas me salían al paso e iban creciendo hasta convertirse en entradas del blog, algunas casi de manera instantánea, otras tardaban un poco más, pero el esqueleto sobre el que se iban a formar se vislumbraba desde un principio, y solo era cuestión de darles un par de vueltas, y dejar que mi imaginación, o la vida, hiciera el resto.
En esto que otra imagen se cruzó en mi camino, o ante mi uretra para ser más exactos: Me encontré en un urinario del polideportivo de Tolosa una pequeña cara sonriente en forma de filtro previo al desagüe, cuyo objetivo complementario a evitar que objetos sólidos puedan atascar el urinario supuse que era el que el inconsciente viril nos haga centrar en el nuestra micción, minimizando de esa manera los salpicones externos. Y en esto me acordé de la otrora famosa araña de urinario, aquella que habitaba hace unos años cualquier urinario público, siempre a la izquierda, y que prácticamente ha desaparecido con la misma prontitud con la que se convirtió en algo cotidiano. La araña volvía a asomar al primer plano de mis elucubraciones más improductivas, pero el tema de esa futurible entrada al blog se me revelaba como un recuerdo a aquellos otros “animales” en vías de extinción: La propia araña de urinario, o las arañas de techo, esas lámparas imprescindibles hace unos años en cualquier hogar que se preciara, presidiendo la sala de estar (sala de estar... ese concepto también se me ha quedado grabado en el rinconcito de “ideas a desarrollar para posible entrada en el blog”), las bacas de coche de toda la vida, la butterfly pillow, esa almohada con forma de mariposa que como la araña del urinario fue olvidada tan rápido como llegó a ser muy popular...
Estos podrían ser algunos de esos otros animales en vías de extinción, pero en eso que otra araña, esta de carne y con uñas se mostró ante mis sorprendidos ojos: sorprendidos por su tamaño, considerable, y por su tela de araña, que parecía estar suspendida de la nada (ahí donde la veis, está en su tela). Esa araña es la que ilustra la foto del inicio de esta entrada, y con esas ideas aparentemente inconexas pero con la araña como hilo conductor, tejo como tela de araña esta entrada en la que espero haberte atrapado por un instante.

domingo, 12 de octubre de 2008

Fiestas de barrio

A la hora en la que escribo estas líneas, puedo escuchar la discofesta de fiestas del barrio de Berazubi desde mi sala de estar, y en este caso, de escribir. A las fiestas de este barrio les tengo especial cariño, ahí surgieron las primeras moxkorras, antes incluso que en carnaval, y el primer amor, con su primer beso, ¡cómo no tener un buen recuerdo!
Yo no soy de ese barrio, el río Oria nos separa, de hecho tampoco había un espíritu muy definido de barrio a este lado del río, y como ocurre con tantos y tantos nacionalismos, reivindicábamos nuestra razón de ser como barrio cuando teníamos nuestros más y nuestros menos con los chavales del otro lado: Partidos de fútbol que acababan como el rosario de la aurora, robos mutuos de las maderas y cartones con los que pensábamos alimentar nuestras respectivas fogatas de san Juan...
Las fiestas de barrio vienen a ser la manera de reivindicar de manera lúdica esa pertenencia a algo próximo, sin fronteras ni banderas, como mucho pañuelo que ponerse al cuello. En ese ámbito prácticamente todos se conocen, y unos cuantos arriman el hombro para que durante unos días, con sus noches, el barrio en fiestas le robe el protagonismo al centro de la localidad.
Hace unos años, las fiestas de barrio entraron en una profunda crisis. De hecho, muchas de ellas desaparecieron por la falta de relevo a la hora de comprometerse con su organización, y porque la asistencia a las mismas bajó considerablemente. Las fiestas de barrio ya no estaban bien vistas. Eran “cutres”. No “molaba” ir a fiestas de barrio. Como tampoco molaba ir a comprar al ultramarinos de la esquina. O tomarse algo en el bar donde los jubilados del barrio jugaban al mus. Algunas aguantaron con más pena que gloria, como es el caso de las de Berazubi, más por el empeño de unos pocos que por la respuesta popular, ya sabéis, la gente prefería irse a los centros comerciales a disfrutar de un ocio más global y cosmopolita. Pero las cosas han cambiado algo, y más que van a cambiar, pienso. Se acabó el andar alegremente de aquí para allá con el coche. La crisis va a cambiar muchas cosas, algunas de la macroeconomía o de la geopolítica, pero también costumbres del día a día, de nuestros barrios. ¿Volveremos a juntarnos en casa de aquel vecino que tenga tele de plasma con canal satélite como se juntaban los vecinos en casa de la primera familia que se compró una tele en el franquismo? ¿Se juntarán las vecinas para zurcir y cotillear? ¿Y los niños a patear balones?
Una crisis es algo terrible, pero de todas ellas ha de aprenderse algo, y sinceramente pienso que estamos viviendo un momento histórico, y que lo que puede surgir de las cenizas de ese neoliberalismo caníbal en el que hemos estado sumidos va a ser positivo. Hay que pensar que lo que alcanza nuestra vista puede hacernos felices, que con lo que tenemos a mano nos es suficiente. Lo que está a nuestro lado es lo que nos puede hacer fuertes, lo que nos puede ayudar a seguir. Vecinos, hay que volver a mirarse a los ojos. E ir a fiestas de barrio. Me bajo a tomar algo. Nos vemos en el barrio.

viernes, 3 de octubre de 2008

El cielo bajo tierra

Se encontraban todas las tardes, bajo tierra, como dos topos ciegos de amor. En la superficie aparentemente su relación era otra, compañeros, pero tras bajar las escaleras, se convertían en cómplices, y el deseo retumbaba por todo el bar, un deseo contenido pero incontenible, que se filtraba en un discreto roce de manos, una mirada furtiva, un beso breve pero insondable.
A simple vista no hacían nada diferente a los demás clientes, apuraban sus zeros como si fueran infinitos, lanzaban unos dardos que siempre daban en la diana de su amor, reían y hablaban hasta que llegaba el momento de volver a la superficie, a la realidad, a ese día a día en el que tenían que ser otros. Pero las tardes eran suyas, y de tarde en tarde, soñaban despiertos con que la caída del sol no apagara ese momento.
La camarera siempre les sonreía y les atendía muy amablemente, consciente de que emanaban un amor tan intenso, que inundaba ese bar subterráneo, que podría ser un refugio antiaéreo, un refugio antirealidad. Lo que ella no sabía es que era una de las pocas personas que compartía ese momento, no era consciente de que ese lugar que para ella suponía trabajo, para ellos representaba la libertad: Para ellos la claustrofobia estaba en la calle.
Cuando llegaba el fatídico instante de subir a la superficie y ver cómo el sol se llevaba esa tarde que solo era suya, lo hacían muy despacito, eran dos pequeños tramos de escalera lo que separaba el amor desbocado de la realidad amordazada, que no tenía nada de amor a pesar del adjetivo, que viene de morder, como les mordía esa realidad, les arrancaba el uno al otro a bocados. Se tomaban su tiempo para emerger, muy despacito, escalón a escalón, de manera cansina, derrotados, pero antes de llegar al final protagonizaban una pequeña rebelión, se abrazaban y besaban como si fuera la última vez, pero es que ¿quién te puede asegurar que cuando estás besando y abrazando a la persona que amas y que te ama no sea la última vez?

Deseos que no se sabe si suben o bajan

Gogailua=Máquina de hacer ganas, deseos. Todo bloque de pisos de no demasiada antigüedad incorpora uno, de uso comunitario, como el cuarto de las bicicletas. Puedes usarlo para tener deseos del primero, segundo, tercero, cuarto, quinto… También deseos del trastero, esos son los que guardamos más al fondo, porque no es que nos de miedo conseguirlos, es que nos da miedo hasta desearlos. Los deseos del quinto son más luminosos que los del primero, que dan al patio donde caen las pinzas, y es que algunos deseos son como para que se nos vaya la pinza, de ese tenderete, que sirve para entenderte con la vecina de enfrente: Ella tiende a tender su ropa interior húmeda, de deseos que como suben hasta el quinto, pueden bajar hasta el primero.

martes, 30 de septiembre de 2008

El abrazo perdido

Tomo prestado parcialmente el título de una película de Daniel Burman, El abrazo partido (esta sí que es recomendable, no como la que presentó en el zinemaldi, El nido vacío), porque hace unos días me encontré con una situación que me retrotrajo a mi infancia: 2 chavales caminando abrazados. En ese instante pensé que hacía tiempo que no veía esa imagen, esa complicidad entre 2 amigos, esa sensación de que nada ni nadie los podrá separar.
Así es, o al menos esa percepción tengo yo: Los críos de hoy en día no van por la vida abrazados. Probablemente tengan más cosas entre manos (playstation y demás) de las que teníamos en nuestra época, que aunque lleváramos el balón de reglamento (el regalo más preciado), siempre nos quedaba el otro brazo libre para fundirnos con nuestro amigo del alma.
Supongo que si la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo, mientras nos vamos curando de esa “enfermedad”, vamos contagiándonos de la nostalgia, ese filtro sepia a través del cual vemos nuestros recuerdos. Ese filtro hace que probablemente recordemos mejor lo que fueron buenos momentos, y más desenfocados los malos. Pero pienso que si los chavales de hoy en día estuvieran más asilvestrados, entraran en casas abandonadas, pusieran monedas en las vías del tren, persiguieran a gatos callejeros, jugaran en la calle hasta la caída del sol y más allá, persiguieran a las niñas para echarles globos de agua, y sobre todo, fueran abrazados, otro gallo nos cantaría. Será nostalgia, pero no me dan envidia todas las pleiesteision y nintendo deeses del mundo: Me quedo con mis abrazos.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Día 10: El desenlace

Ayer noche me dirigía hacía el set de Teledonosti donde mantuve una agradable charla con la ex-chica Última seducción Vanessa Rodríguez, y por primera vez vi en directo la entrada de los invitados a una gala del festival. Y resulta que en ese momento llegaba Meryl Streep. Y ya que estábamos ahí, ella y yo, frente a frente, aunque cada uno a un lado de la valla, como si fuera El niño del pijama de rayas, desenfundé mi móvil y traté de capturarla. En pantalla pequeña, con poca definición, pero ahí está. Una de las grandes damas de Hollywood. Y que en San Sebastián se ha comportado como tal. Saludando a toda aquella persona que se lo requería. Firmando autógrafos aquí y allá. Recibiendo regalos, más allá del propio premio Donostia. Atendiendo durante una hora a los medios en la rueda de prensa, respondiendo a todo tipo de preguntas, incluso imitando a su amigo de Niro, que fue quien le animó a venir a San Sebastián. Dando una lección a todos esos actores que van levitando por la calle, como si fueran semidioses.
Ya conocemos el palmarés, y de 7 premios solo he acertado uno en mi quiniela, y exaequo: Tsilla Chelton como mejor actriz, con la que me retraté en la entrada Día 7. Me alegro por ella. Con 90 años, el cine le devuelve algo de todo lo que ella le ha dado. Echamos en falta entre las premiadas a la película japonesa Aruitemo, aruitemo, pero Pandora's box como Concha de oro no es un desatino: Era la 3ª película mejor valorada en Magazinema. El premio especial del jurado para la película Two legged horse me duele especialmente, por lo innecesariamente cruel que es la propia película con ese niño discapacitado que es tratado como si fuera un caballo.
En la web del festival encontraréis todo el palmarés:
No se si esto es un happy end. De hecho no es un final, el blog sigue vivo, y espero que con este impulso que le he dado durante el festival, a entrada diaria, siga muy activo: No se si a ese ritmo, pero prometo plasmar en el todos aquellos desvaríos que no puedan ser expresados radiofónicamente, que ya sabéis que el lunes a las 16:05 comienza la nueva temporada de La última seducción. A todos aquellos que nos habéis descubierto durante el festival, muchas gracias por vuestra atención, y espero que volvamos a veros por aquí. Un placer. ¡Corten!

viernes, 26 de septiembre de 2008

Día 9: No hay más cera que la que arde

Y arde más bien poco. Ya hemos visto todas las películas a competición, y como el año pasado, no tengo una película que me arrebate, que vaya a defender a capa y espada de cara a la concesión de la Concha de oro. En Magazinema hemos puntuado todas las películas, y yo no he pasado del 6. Y mira si tenía esperanzas puestas en el día de hoy, pero tanto Daniel Burman como Kim Ki Duk me han decepcionado. De hecho no me quedan ganas ni de hablar de sus pelis.
Llega el momento del reparto del botín. Llega el momento de las quinielas. Y esta es la mía, que no tiene porqué ajustarse a lo que vaya a decidir el jurado. Mañana saldremos de dudas, y esperemos que no toque pataleo en la lectura del palmarés.
-Concha de oro a la mejor película: Aruitemo, aruitemo, de Hirokazu Kore Eda.
-Concha de plata a la mejor dirección: Courtney Hunt por Frozen river.
-Concha de plata a la mejor interpretación masculina: Colin Firth por Génova. (Pocos hombres protagonistas, y casi me lo he jugado a los chinos)
-Concha de plata a la mejor interpretación femenina: Verónica Echegui por El patio de mi cárcel y Tsilla Chelton por Pandoranin kutusu. (No podía decidirme)
-Premio especial del jurado: Tiro en la cabeza de Jaime Rosales. (Ya sabéis porqué, por los güevos)
-Mejor fotografía: Jens Schlosser por Den du frygter. (Tampoco he visto ninguna foto especialmente notable, pero este premio como todos a excepción del especial del jurado, ha de concederse).
-Mejor guión: Isabelle Hébert por Maman est chez le coiffeur.
Mañana a las 16:00 horas se conocerá el palmarés, y tras ello, el cine volverá a ser una referencia más en este blog, tan importante como cualquier otro desvarío que pueda pasar por nuestras cabezas, que esto no deja de ser un capricho, una terapia, un ejercicio, una pequeña pasión. Pero mañana, el desenlace.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Día 8: La niña del camisón de cruces

Quería hablaros de Camino, la película de Javier Fésser que hoy se ha proyectado en la sección oficial, más que nada porque he salido de la proyección desconcertado, no sabía si me había gustado o no. Aburrir no me había aburrido en los 140 minutazos que dura la película, que no es poco, pero no acababa de interiorizarla, y como dentro de un rato voy a entrevistar al propio Fésser, vamos a ver si poniendo sobre la pantalla lcd de mi ordenador en la redacción de HERRI IRRATIA LOYOLA MEDIA las sensaciones que todavía palpitan en mi mente, me aclaro yo mismo.
Pero antes de esto, me dicen que ayer en el canal 24 horas de TVE, en el espacio dedicado al zinemaldia, citaron este blog como una de las fuentes con las que informarse en torno a este evento. ¡Qué cosas! Habrá que ver la estadística de entradas al blog en el día de hoy, pero ya empieza a pesarme la responsabilidad, y es que uno escribe en voz baja, pero nunca sabe qué difusión va a darle a lo escrito este amplificador llamado Internet. Como de bien nacidos es ser agradecido, yo también voy a recomendar el canal 24 horas de TVE como un buen referente informativo: ¡Cómo no lo va a ser, si hasta conocen este blog!
Camino se inspira en una historia real, de hecho la niña protagonista (en la película cambian los nombres) está en proceso de beatificación. Una niña que pasó un calvario médico terrible en el seno de una familia del Opus dei, e historia a través de la cual vemos cómo no hay porqué buscar la paja en el ojo ajeno, véase el fenómeno talibán en el islam: En el catolicismo el fanatismo también tiene representación.
La "obra", así llaman al Opus dei sus integrantes. No se cómo habrá sido el proceso de documentación, pero las reacciones ante los fatales problemas de salud de la niña protagonista por parte de sus familiares, a excepción del padre, que en la película parece tener algo más de "sentido común", no está cegado por la manipulación a la que se ve sometida la madre por parte de los religiosos de esa prelatura personal de la iglesia católica, son escalofriantes. Los caminos del señor pueden ser inescrutables, pero sin ser yo practicante, no percibía como cristianos los consejos, la orientación "espiritual" que recibía tanto la madre cómo la hija mayor. No se si realmente el Opus dei funciona como nos lo muestran a través de la experiencia de esa hija mayor que es numeraria auxiliar, pero tampoco creo que el Opus haga mucho por mostrarse transparente ante la sociedad.
Jugaba yo en el título de esta entrada con el título de El niño del pijama de rayas, y es que en este caso también se contraponen de manera brutal el mundo de los adultos, el de los integrantes del Opus dei, con esa mirada infantil, con esa niña que solo busca el amor. Fésser en sus anteriores películas se ha desenvuelto en universos surrealistas, y en este caso en la mirada infantil sí que desarrolla esa visión, única manera de evadirse de esa terrible realidad en la que está sumida, pero en la historia de los adultos el tono melodramático hace que la película no esté equilibrada, y si el objetivo de Fésser, que según parece así lo ha comentado en la rueda de prensa, era contar la historia de esa niña desde su mirada, al final quien se lleva el gato al agua es el melodrama, o sea que según lo dicho por el director podría ser una película fallida, y es que la denuncia convive con la necesidad de evadirse, pero es tan dura la realidad, que nos tumba.
Cambio de tono en la filmografía de Fésser, que decía que esta historia habitaba en su mente incluso antes de El milagro de P. Tinto, pero nos gustaba más cuando la fantasía, lo surreal, mandaba: Ya se que la realidad se impone, pero el cine, también puede ser evasión, y de su mano nos habíamos evadido la mar de felices.
Por cierto, los actores sublimes, en especial la madre, Carme Elías, y la niña, Nerea Camacho: todo un descubrimiento. Vuelvo a la realidad, que hay que preparar el Magazinema de hoy. Y el lunes, a las 16:05, ¡vuelve La última seducción!

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Día 7: Objetivo cumplido

Quería una foto con ella y aquí está: Tsilla Chelton, protagonista de Pandora's box a sus ¡90 años! Cualquiera que haya asistido a un rodaje sabe lo duro que puede resultar, y ahí sigue esta mujer llena de pasión por la interpretación, con un papel muy quedón en esta peli, aunque de un único registro, sin evolución a lo largo del metraje, pero estaría bonito que le dieran el premio de interpretación femenina, más por su trayectoria, su edad, sus ganas, que por probablemente ser la mejor interpretación femenina de la sección oficial: Ese honor por ahora le correspondería a Verónica Echegui, pero ya tendrá tiempo y probablemente oportunidades esta joven actriz para ver reconocida su labor, o sea que ¡concha de plata para Tsilla! Haría buena pareja con el ganador masculino de la pasada edición, el actor chino Henry O.
De las pelis de hoy, me quedo con la japonesa Aruitemo aruitemo, aunque para el gusto occidental demasiado japonesa, los personajes no exteriorizan sus sentimientos, pero ese es el objetivo de un festival, ofrecer miradas distintas, o sea que no le vamos a achacar que sea demasiado japonesa, ¿no?

martes, 23 de septiembre de 2008

Día 6: ¡Olé sus güevos!

Pues sí señor, olé sus güevos. Hablo de Jaime Rosales. El gran triunfador de la última edición de los premios Goya con La soledad. Y como siga en esa deconstrucción fílmica así se va a quedar, solo. El tema de cómo se conjuga cotidianeidad y violencia es una constante en su corta filmografía, en este caso tomando como excusa el asesinato de 2 guardias civiles en Capbreton en un encuentro tan fortuito como fatal.
Hay diálogos, pero no se escuchan. Observamos la vida a distancia, las situaciones cotidianas de cualquier persona, desayunar, ir a tomar un café, charlar con un amigo, sacar dinero de un cajero... Solo que en este caso, esa rutina es la de un etarra. No hay tensión dramática, no hay subrayados, aunque desde el instante en el que se eligen unos momentos determinados y se obvian otros, ya hay una intención. La de Rosales es la de mostrar que aquel que mata no es tan diferente a cualquiera de nosotros. Que probablemente es más lo que nos une que lo que nos separa. Y todo esto sin un lenguaje cinematográfico convencional. Más cercano a la videocreación que al cine de consumo. Pero aunque el lenguaje esté libre de ataduras, los corsés de la distribución obligan a que, si quieres que tu película llegue a los cines, ha de llegar a los 85 minutos, y en este caso algo que podía ser atrevido y brillante con una duración notablemente más corta, se convierte en algo atrevido pero mortal para cualquier espectador cuyo nivel de snobismo no esté disparado. La de la duración stándar de los largometrajes cinematográficos, esa es la última frontera que le queda por derribar a Jaime Rosales, pero ¿se atreverá?

lunes, 22 de septiembre de 2008

Día 5: "¿Cómo vas a vivir John? Día a día..." (Rambo)

06:50 - Suena el despertador.
07:50 - 07:55 - Entro como toda esta semana en el programa El kiosko de esta santa casa para contarles qué ha dado de sí el finde y avanzarles lo más destacado de hoy.
09:00 - 10:30 - En el Kursaal proyección de El patio de mi cárcel, la película de Belén Macías. Lugares comunes del género, con esa novedad del protagonismo femenino, que es donde reside la principal virtud de la película, con un casting muy brillante, y una Verónica Echegui que podría entrar en las quinielas de cara al premio de interpretación femenina.
11:00 - 11:30 - Paso por la emisora, gestiones: Recabar información, llamar a Déborah de prensa de El deseo para atar la entrevista con Belén Macías, y también a Sandra de prensa de El truco del manco para atar la entrevista con el equipo de la peli.
11:30 - 11:40 - Me llaman como todos los días de Radio popular de Bilbao para que les cuente cómo va la cosa cinéfila.
12:00 - 13:50 - Proyección en el Kursaal de la película turca Pandora's box: Aunque le pesa el metraje, podía haber contado lo mismo quitándole 15 minutos, y la película saldría ganando, tiene su punto, y sobre todo, un toque muy de festival. Podría ser una de las outsiders al palmarés. ¡Quiero una foto con la abuela protagonista!
14:00 - 14:20 - Paso por las entrañas del Kursaal, donde está la zona de prensa: Recoger dossieres, curiosear un poco en la rueda de prensa de Pandora's box para ver si ha venido la actriz que interpreta a la abuela: ¡Sí está! A ver cuando la pillo, y si la reconozco, que está muy cambiada.
14:30 - 15:00 - En la sala club del Victoria Eugenia, entrevisto a Santiago Zannou, director de El truco del manco. Quería charlar con el prota, El Langui, pero está muy solicitado, y finalmente desisto.
15:00 - 15:30 - Avituallamiento rápido.
15:45 - 16:00 - Entrevisto a Belén Macías.
16:00 - 17:30 - Preparar el Magazinema de hoy. Y hacer gestiones para el de mañana.
17:30 - 19:00 - Ha quedado completito el programa. Por hoy suficiente.



domingo, 21 de septiembre de 2008

Día 4: ¿Cuando llega el recreo?

Travesía del desierto: Un desierto que pasa por Génova y por un instituto parisino. Winterbottom es quien nos hace deambular como pollos sin cabeza por la ciudad italiana de la mano de un padre, sus dos hijas, y la madre muerta, que también pasaba por ahí. La de Bajo Ulloa no, ya podía ser, la madre de las 2 hijas, muerta en accidente de tráfico. Se supone que tenemos que compartir ese duelo, vivirlo, vivir la muerte, la ausencia, el dolor, el cómo seguir adelante, pero la película de Michael Winterbottom también deambula como un pollo sin cabeza.
La segunda etapa de esa travesía por la sección oficial nos llegaba de la mano de Christophe Honoré, La belle personne se titula la película. Amoríos de instituto. El cine francés a menudo se pasea por el filo de la navaja, a un lado lo sutil, lo sublime, las relaciones humanas plasmadas como pocos cineastas saben hacer, y al otro, la pedantería insufrible, el blablablá almidonado. ¿Quien se puede creer los diálogos que mantienen profesores y alumnos en esta película? Llevada de manera confusa, por momentos no distinguimos los personajes, incluso hay un profesor que parece un alumno más, y la trama se enreda sobre sí misma, con el leit motiv de que el amor o es perfecto o no es, y eso, que no es. Ni amor, ni película, ni ná. O sea que me veo en la obligación de suspender a Monsieur Honoré, y me voy al recreo, que ya toca. Adieu.