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Play music
Tocar música. Aunque se podría traducir también como jugar música, jugando con la música, la música como juego. Y en ese juego nos sumergió ayer Matthew Herbert en el Victoria Eugenia donostiarra. Toda una big band a su servicio, 18 músicos cómplices, dispuestos a saltarse los corsés del género, los stándars, para divertir y divertirse: Tocando sus instrumentos por supuesto, pero lanzándose también papelitos, inflando globos con los instrumentos de viento, utilizando periódicos como improvisada sección rítmica, y con un niño grande como maestro de ceremonias, el propio Matthew Herbert manipulando samplers y demás cacharrería electrónica, como si fuera Charlot en la película Tiempos modernos. Un espectáculo que conjugaba a la perfección el clasicismo con la modernidad, desde una perspectiva lúdica, informal, desmitificadora: Un lujo, para disfrute de niños grandes y mayores.
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