martes, 30 de septiembre de 2008

El abrazo perdido

Tomo prestado parcialmente el título de una película de Daniel Burman, El abrazo partido (esta sí que es recomendable, no como la que presentó en el zinemaldi, El nido vacío), porque hace unos días me encontré con una situación que me retrotrajo a mi infancia: 2 chavales caminando abrazados. En ese instante pensé que hacía tiempo que no veía esa imagen, esa complicidad entre 2 amigos, esa sensación de que nada ni nadie los podrá separar.
Así es, o al menos esa percepción tengo yo: Los críos de hoy en día no van por la vida abrazados. Probablemente tengan más cosas entre manos (playstation y demás) de las que teníamos en nuestra época, que aunque lleváramos el balón de reglamento (el regalo más preciado), siempre nos quedaba el otro brazo libre para fundirnos con nuestro amigo del alma.
Supongo que si la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo, mientras nos vamos curando de esa “enfermedad”, vamos contagiándonos de la nostalgia, ese filtro sepia a través del cual vemos nuestros recuerdos. Ese filtro hace que probablemente recordemos mejor lo que fueron buenos momentos, y más desenfocados los malos. Pero pienso que si los chavales de hoy en día estuvieran más asilvestrados, entraran en casas abandonadas, pusieran monedas en las vías del tren, persiguieran a gatos callejeros, jugaran en la calle hasta la caída del sol y más allá, persiguieran a las niñas para echarles globos de agua, y sobre todo, fueran abrazados, otro gallo nos cantaría. Será nostalgia, pero no me dan envidia todas las pleiesteision y nintendo deeses del mundo: Me quedo con mis abrazos.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Día 10: El desenlace

Ayer noche me dirigía hacía el set de Teledonosti donde mantuve una agradable charla con la ex-chica Última seducción Vanessa Rodríguez, y por primera vez vi en directo la entrada de los invitados a una gala del festival. Y resulta que en ese momento llegaba Meryl Streep. Y ya que estábamos ahí, ella y yo, frente a frente, aunque cada uno a un lado de la valla, como si fuera El niño del pijama de rayas, desenfundé mi móvil y traté de capturarla. En pantalla pequeña, con poca definición, pero ahí está. Una de las grandes damas de Hollywood. Y que en San Sebastián se ha comportado como tal. Saludando a toda aquella persona que se lo requería. Firmando autógrafos aquí y allá. Recibiendo regalos, más allá del propio premio Donostia. Atendiendo durante una hora a los medios en la rueda de prensa, respondiendo a todo tipo de preguntas, incluso imitando a su amigo de Niro, que fue quien le animó a venir a San Sebastián. Dando una lección a todos esos actores que van levitando por la calle, como si fueran semidioses.
Ya conocemos el palmarés, y de 7 premios solo he acertado uno en mi quiniela, y exaequo: Tsilla Chelton como mejor actriz, con la que me retraté en la entrada Día 7. Me alegro por ella. Con 90 años, el cine le devuelve algo de todo lo que ella le ha dado. Echamos en falta entre las premiadas a la película japonesa Aruitemo, aruitemo, pero Pandora's box como Concha de oro no es un desatino: Era la 3ª película mejor valorada en Magazinema. El premio especial del jurado para la película Two legged horse me duele especialmente, por lo innecesariamente cruel que es la propia película con ese niño discapacitado que es tratado como si fuera un caballo.
En la web del festival encontraréis todo el palmarés:
No se si esto es un happy end. De hecho no es un final, el blog sigue vivo, y espero que con este impulso que le he dado durante el festival, a entrada diaria, siga muy activo: No se si a ese ritmo, pero prometo plasmar en el todos aquellos desvaríos que no puedan ser expresados radiofónicamente, que ya sabéis que el lunes a las 16:05 comienza la nueva temporada de La última seducción. A todos aquellos que nos habéis descubierto durante el festival, muchas gracias por vuestra atención, y espero que volvamos a veros por aquí. Un placer. ¡Corten!

viernes, 26 de septiembre de 2008

Día 9: No hay más cera que la que arde

Y arde más bien poco. Ya hemos visto todas las películas a competición, y como el año pasado, no tengo una película que me arrebate, que vaya a defender a capa y espada de cara a la concesión de la Concha de oro. En Magazinema hemos puntuado todas las películas, y yo no he pasado del 6. Y mira si tenía esperanzas puestas en el día de hoy, pero tanto Daniel Burman como Kim Ki Duk me han decepcionado. De hecho no me quedan ganas ni de hablar de sus pelis.
Llega el momento del reparto del botín. Llega el momento de las quinielas. Y esta es la mía, que no tiene porqué ajustarse a lo que vaya a decidir el jurado. Mañana saldremos de dudas, y esperemos que no toque pataleo en la lectura del palmarés.
-Concha de oro a la mejor película: Aruitemo, aruitemo, de Hirokazu Kore Eda.
-Concha de plata a la mejor dirección: Courtney Hunt por Frozen river.
-Concha de plata a la mejor interpretación masculina: Colin Firth por Génova. (Pocos hombres protagonistas, y casi me lo he jugado a los chinos)
-Concha de plata a la mejor interpretación femenina: Verónica Echegui por El patio de mi cárcel y Tsilla Chelton por Pandoranin kutusu. (No podía decidirme)
-Premio especial del jurado: Tiro en la cabeza de Jaime Rosales. (Ya sabéis porqué, por los güevos)
-Mejor fotografía: Jens Schlosser por Den du frygter. (Tampoco he visto ninguna foto especialmente notable, pero este premio como todos a excepción del especial del jurado, ha de concederse).
-Mejor guión: Isabelle Hébert por Maman est chez le coiffeur.
Mañana a las 16:00 horas se conocerá el palmarés, y tras ello, el cine volverá a ser una referencia más en este blog, tan importante como cualquier otro desvarío que pueda pasar por nuestras cabezas, que esto no deja de ser un capricho, una terapia, un ejercicio, una pequeña pasión. Pero mañana, el desenlace.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Día 8: La niña del camisón de cruces

Quería hablaros de Camino, la película de Javier Fésser que hoy se ha proyectado en la sección oficial, más que nada porque he salido de la proyección desconcertado, no sabía si me había gustado o no. Aburrir no me había aburrido en los 140 minutazos que dura la película, que no es poco, pero no acababa de interiorizarla, y como dentro de un rato voy a entrevistar al propio Fésser, vamos a ver si poniendo sobre la pantalla lcd de mi ordenador en la redacción de HERRI IRRATIA LOYOLA MEDIA las sensaciones que todavía palpitan en mi mente, me aclaro yo mismo.
Pero antes de esto, me dicen que ayer en el canal 24 horas de TVE, en el espacio dedicado al zinemaldia, citaron este blog como una de las fuentes con las que informarse en torno a este evento. ¡Qué cosas! Habrá que ver la estadística de entradas al blog en el día de hoy, pero ya empieza a pesarme la responsabilidad, y es que uno escribe en voz baja, pero nunca sabe qué difusión va a darle a lo escrito este amplificador llamado Internet. Como de bien nacidos es ser agradecido, yo también voy a recomendar el canal 24 horas de TVE como un buen referente informativo: ¡Cómo no lo va a ser, si hasta conocen este blog!
Camino se inspira en una historia real, de hecho la niña protagonista (en la película cambian los nombres) está en proceso de beatificación. Una niña que pasó un calvario médico terrible en el seno de una familia del Opus dei, e historia a través de la cual vemos cómo no hay porqué buscar la paja en el ojo ajeno, véase el fenómeno talibán en el islam: En el catolicismo el fanatismo también tiene representación.
La "obra", así llaman al Opus dei sus integrantes. No se cómo habrá sido el proceso de documentación, pero las reacciones ante los fatales problemas de salud de la niña protagonista por parte de sus familiares, a excepción del padre, que en la película parece tener algo más de "sentido común", no está cegado por la manipulación a la que se ve sometida la madre por parte de los religiosos de esa prelatura personal de la iglesia católica, son escalofriantes. Los caminos del señor pueden ser inescrutables, pero sin ser yo practicante, no percibía como cristianos los consejos, la orientación "espiritual" que recibía tanto la madre cómo la hija mayor. No se si realmente el Opus dei funciona como nos lo muestran a través de la experiencia de esa hija mayor que es numeraria auxiliar, pero tampoco creo que el Opus haga mucho por mostrarse transparente ante la sociedad.
Jugaba yo en el título de esta entrada con el título de El niño del pijama de rayas, y es que en este caso también se contraponen de manera brutal el mundo de los adultos, el de los integrantes del Opus dei, con esa mirada infantil, con esa niña que solo busca el amor. Fésser en sus anteriores películas se ha desenvuelto en universos surrealistas, y en este caso en la mirada infantil sí que desarrolla esa visión, única manera de evadirse de esa terrible realidad en la que está sumida, pero en la historia de los adultos el tono melodramático hace que la película no esté equilibrada, y si el objetivo de Fésser, que según parece así lo ha comentado en la rueda de prensa, era contar la historia de esa niña desde su mirada, al final quien se lleva el gato al agua es el melodrama, o sea que según lo dicho por el director podría ser una película fallida, y es que la denuncia convive con la necesidad de evadirse, pero es tan dura la realidad, que nos tumba.
Cambio de tono en la filmografía de Fésser, que decía que esta historia habitaba en su mente incluso antes de El milagro de P. Tinto, pero nos gustaba más cuando la fantasía, lo surreal, mandaba: Ya se que la realidad se impone, pero el cine, también puede ser evasión, y de su mano nos habíamos evadido la mar de felices.
Por cierto, los actores sublimes, en especial la madre, Carme Elías, y la niña, Nerea Camacho: todo un descubrimiento. Vuelvo a la realidad, que hay que preparar el Magazinema de hoy. Y el lunes, a las 16:05, ¡vuelve La última seducción!

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Día 7: Objetivo cumplido

Quería una foto con ella y aquí está: Tsilla Chelton, protagonista de Pandora's box a sus ¡90 años! Cualquiera que haya asistido a un rodaje sabe lo duro que puede resultar, y ahí sigue esta mujer llena de pasión por la interpretación, con un papel muy quedón en esta peli, aunque de un único registro, sin evolución a lo largo del metraje, pero estaría bonito que le dieran el premio de interpretación femenina, más por su trayectoria, su edad, sus ganas, que por probablemente ser la mejor interpretación femenina de la sección oficial: Ese honor por ahora le correspondería a Verónica Echegui, pero ya tendrá tiempo y probablemente oportunidades esta joven actriz para ver reconocida su labor, o sea que ¡concha de plata para Tsilla! Haría buena pareja con el ganador masculino de la pasada edición, el actor chino Henry O.
De las pelis de hoy, me quedo con la japonesa Aruitemo aruitemo, aunque para el gusto occidental demasiado japonesa, los personajes no exteriorizan sus sentimientos, pero ese es el objetivo de un festival, ofrecer miradas distintas, o sea que no le vamos a achacar que sea demasiado japonesa, ¿no?

martes, 23 de septiembre de 2008

Día 6: ¡Olé sus güevos!

Pues sí señor, olé sus güevos. Hablo de Jaime Rosales. El gran triunfador de la última edición de los premios Goya con La soledad. Y como siga en esa deconstrucción fílmica así se va a quedar, solo. El tema de cómo se conjuga cotidianeidad y violencia es una constante en su corta filmografía, en este caso tomando como excusa el asesinato de 2 guardias civiles en Capbreton en un encuentro tan fortuito como fatal.
Hay diálogos, pero no se escuchan. Observamos la vida a distancia, las situaciones cotidianas de cualquier persona, desayunar, ir a tomar un café, charlar con un amigo, sacar dinero de un cajero... Solo que en este caso, esa rutina es la de un etarra. No hay tensión dramática, no hay subrayados, aunque desde el instante en el que se eligen unos momentos determinados y se obvian otros, ya hay una intención. La de Rosales es la de mostrar que aquel que mata no es tan diferente a cualquiera de nosotros. Que probablemente es más lo que nos une que lo que nos separa. Y todo esto sin un lenguaje cinematográfico convencional. Más cercano a la videocreación que al cine de consumo. Pero aunque el lenguaje esté libre de ataduras, los corsés de la distribución obligan a que, si quieres que tu película llegue a los cines, ha de llegar a los 85 minutos, y en este caso algo que podía ser atrevido y brillante con una duración notablemente más corta, se convierte en algo atrevido pero mortal para cualquier espectador cuyo nivel de snobismo no esté disparado. La de la duración stándar de los largometrajes cinematográficos, esa es la última frontera que le queda por derribar a Jaime Rosales, pero ¿se atreverá?

lunes, 22 de septiembre de 2008

Día 5: "¿Cómo vas a vivir John? Día a día..." (Rambo)

06:50 - Suena el despertador.
07:50 - 07:55 - Entro como toda esta semana en el programa El kiosko de esta santa casa para contarles qué ha dado de sí el finde y avanzarles lo más destacado de hoy.
09:00 - 10:30 - En el Kursaal proyección de El patio de mi cárcel, la película de Belén Macías. Lugares comunes del género, con esa novedad del protagonismo femenino, que es donde reside la principal virtud de la película, con un casting muy brillante, y una Verónica Echegui que podría entrar en las quinielas de cara al premio de interpretación femenina.
11:00 - 11:30 - Paso por la emisora, gestiones: Recabar información, llamar a Déborah de prensa de El deseo para atar la entrevista con Belén Macías, y también a Sandra de prensa de El truco del manco para atar la entrevista con el equipo de la peli.
11:30 - 11:40 - Me llaman como todos los días de Radio popular de Bilbao para que les cuente cómo va la cosa cinéfila.
12:00 - 13:50 - Proyección en el Kursaal de la película turca Pandora's box: Aunque le pesa el metraje, podía haber contado lo mismo quitándole 15 minutos, y la película saldría ganando, tiene su punto, y sobre todo, un toque muy de festival. Podría ser una de las outsiders al palmarés. ¡Quiero una foto con la abuela protagonista!
14:00 - 14:20 - Paso por las entrañas del Kursaal, donde está la zona de prensa: Recoger dossieres, curiosear un poco en la rueda de prensa de Pandora's box para ver si ha venido la actriz que interpreta a la abuela: ¡Sí está! A ver cuando la pillo, y si la reconozco, que está muy cambiada.
14:30 - 15:00 - En la sala club del Victoria Eugenia, entrevisto a Santiago Zannou, director de El truco del manco. Quería charlar con el prota, El Langui, pero está muy solicitado, y finalmente desisto.
15:00 - 15:30 - Avituallamiento rápido.
15:45 - 16:00 - Entrevisto a Belén Macías.
16:00 - 17:30 - Preparar el Magazinema de hoy. Y hacer gestiones para el de mañana.
17:30 - 19:00 - Ha quedado completito el programa. Por hoy suficiente.



domingo, 21 de septiembre de 2008

Día 4: ¿Cuando llega el recreo?

Travesía del desierto: Un desierto que pasa por Génova y por un instituto parisino. Winterbottom es quien nos hace deambular como pollos sin cabeza por la ciudad italiana de la mano de un padre, sus dos hijas, y la madre muerta, que también pasaba por ahí. La de Bajo Ulloa no, ya podía ser, la madre de las 2 hijas, muerta en accidente de tráfico. Se supone que tenemos que compartir ese duelo, vivirlo, vivir la muerte, la ausencia, el dolor, el cómo seguir adelante, pero la película de Michael Winterbottom también deambula como un pollo sin cabeza.
La segunda etapa de esa travesía por la sección oficial nos llegaba de la mano de Christophe Honoré, La belle personne se titula la película. Amoríos de instituto. El cine francés a menudo se pasea por el filo de la navaja, a un lado lo sutil, lo sublime, las relaciones humanas plasmadas como pocos cineastas saben hacer, y al otro, la pedantería insufrible, el blablablá almidonado. ¿Quien se puede creer los diálogos que mantienen profesores y alumnos en esta película? Llevada de manera confusa, por momentos no distinguimos los personajes, incluso hay un profesor que parece un alumno más, y la trama se enreda sobre sí misma, con el leit motiv de que el amor o es perfecto o no es, y eso, que no es. Ni amor, ni película, ni ná. O sea que me veo en la obligación de suspender a Monsieur Honoré, y me voy al recreo, que ya toca. Adieu.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Día 3: Quemada antes de ver

Hace 5 minutos que he salido de ver el pase para la prensa de Burn after reading, la nueva película de los hermanos Coen. Algunos se reían. Y bastante. Daba la sensación que habían ido a reírse, predispuestos ante esa ola en la que ya están subidos los Coen, como pasa también por ejemplo con Woody Allen, o como en los conciertos en los que antes incluso de que el grupo toque un solo acorde, el público ya está entregado. Yo iba sin prejuicios, ni a favor ni en contra, pero eso sí, con ganas de ver la película, y es que los Coen acostumbran a ser una apuesta segura, en cuanto a la calidad de sus películas, eso creo que es indiscutible, aunque a mi personalmente hay algunas que me gustan, y mucho, y otras me dejan frío. Y a primera sensación, me parece que Burn after reading se va a quedar en ese segundo grupo.

Los Coen a menudo suelen dar una vuelta de tuerca de más a los géneros, suelen cruzarlos, pervertirlos, y en este caso juegan con el género de cine de espías. Y es que los rusos ya no son lo que eran. Y la CIA ya no sabe a quien vigilar. Y menos si son los monitores de un gimnasio quienes venden los secretos a cambio de un pack de operaciones estéticas. Y si todo el mundo va saltando de cama en cama.


Está bien, vale. La película, digo. Ha sido número 1 en taquilla en su estreno estadounidense con 19 millones de dolares recaudados. Supongo que es el primer top at the box office de los Coen, después de mucho cine, muchas películas, algunas independientes, otras con la etiqueta de "independiente", que no es lo mismo. Se merecen el éxito que están cosechando, me alegro. Con amigos como George Clooney y Brad Pitt todo es más fácil, por supuesto. Mr. Pitt tiene uno de esos personajes que le gustan, transformado, no tanto físicamente como en la personalidad de su personaje. Y tanto que le gusta transformarse y afearse, seguro que le encantó cómo acababa su personaje al leer el guión.


Y hasta aquí puedo escribir. Paro, no vaya a ser que se queme después de leer, o me queme yo, que sólo llevamos 3 días de festival y me comprometí a estar a pie de blog a diario. Como si me sobrara tiempo estos días, pero bueno, está bien plasmar las sensaciones, aunque sea a 5 minutos de haber visto la peli, en este blog. Me da que Burn after reading tampoco va a ser de esas películas que rumiándolas, dándoles tiempo, crecen en mi interior. Pero bueno, si cambio de opinión, prometo contároslo. A no ser que la marea de visionados fílmicos acabe dejando en el rincón del olvido la peli de los Coen. Sería una buena noticia, señal de que estoy viendo buenas pelis, aunque no tengo mucha fe en ello. A ver si hay suerte. Hasta mañana.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Día 2: Con mover

Movimiento. Del alma. Hasta atenazarte en lo más hondo. Desde la garganta hasta el estómago. Un nudo de alambre de espino. 2 historias. Una a cada lado. Una del lado de la inocencia, de la infancia, la otra del lado del sinsentido, de la crueldad de los adultos. La inocencia debería ser fuerte, como una roca. Pero toda roca tiene grietas, y en ellas se va filtrando el horror provocado por los adultos, el holocausto judío. Eso que se filtra nos va helando poco a poco, hasta que, como el agua, se expande reventando esa roca, desde dentro.
El niño con el pijama de rayas. No he leído la novela, pero intuyo que, teniendo la historia una mirada infantil, hasta ese desenlace en el que la realidad de los adultos nos explota en la cara, el tratamiento que le da la película ha de ajustarse al relato original. Bravo por John Boyne, el padre de la historia, en la que vamos viendo retratada la realidad de la Alemania nazi, desde aquellos que no querían saber o al saber hacían como que no sabían (la madre), aquellos que tuvieron la oportunidad de levantar la voz y no lo hicieron (el propio niño "nazi" cuando le pillan al niño judío comiendo en su casa) o aquellos que por renegar de su origen fueron los primeros en dar un paso al frente y ser los más crueles (el joven teniente nazi), y bravo por Mark Herman, el director de la película, por no caer en la sensiblería fácil y tramposa como hizo Roberto Benigni en La vida es bella. Y por esa secuencia final, brutalmente aterradora, que queda reververando en nuestro corazón largo rato. Si no fuera porque a los 20 minutos entraba a ver otra película. Es lo que tiene el zinemaldia.
El niño con el pijama de rayas se estrena el próximo viernes. Merece ser vista. Merece ser recomendada. Y la historia, merece no ser olvidada.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Día 1: De mitos y personas

Hablaba yo anteayer del duelo interpretativo entre Russell Crowe y Christian Bale en El tren de las 3:10, y lo ilustraba con un fotograma de la película. Este fotograma ilustra otro duelo, el de la película que inaugura hoy el zinemaldia, The other man. Son Liam Neeson y Antonio Banderas. Y no voy a contar como acaba la partida. No me apetece. Me ha dejado frío cinematográficamente hablando la película de Richard Eyre, y prefiero hablaros de los mitos del celuloide hechos carne mortal estos días en Donosti. Y es que si el arranque del festival cinematográficamente hablando es muy flojo, el plantel de estrellas la verdad es que no está nada mal: Bardem, Woody Allen, Banderas, Jonathan Demme, Mario Monicelli...

No soy muy mitómano. Tengo alguna foto con algún personaje que me resulta entrañable, desde Pilar Bardem a Robert Englund, pero a mi me gustan las películas. Tras salir de la proyección de The other man, y pasar de la rueda de prensa de Banderas, ya me crucé con el y Melanie en Hyde park hace un par de veranos, y sí, iban muy abrazaditos transmitiendo la sensación de ser una pareja enamorada, bueno, pues eso, que ya le he visto en carne y hueso, mientras me dirigía del Kursaal hacía la radio, me he cruzado con Belén Rueda (me ha parecido alta), Joan Chen y Michael Ballhaus, que es con el único con el que me apetecía sacarme una foto, ¿o mejor que la sacara el? Suya es la fotografía de grandes películas como La última tentación de Cristo o el Drácula de Coppola, pero bueno, como es miembro del jurado a ver si le pillo por ahí otro día.

A lo que iba: Estos días vemos por las calles de San Sebastián a gentes que nos han cautivado en la pantalla, pero a veces, me temo que casi siempre, es mejor dejarlos en ella. Me contaba esta mañana un taxista que durante 15 años trabajó en el festival llevando a los invitados de aquí para allá, que muchos de ellos dejaban mucho que desear. Me contaba una anécdota en torno a Almodóvar, recién llegado con su troupe al aeropuerto de Hondarribia, y resulta que no aparecía la maleta de Bibi Andersen. Esta muy tranquila, y Almodóvar gritándole como un energúmeno a la chica del mostrador de Iberia, que cómo se podía perder una maleta en un vuelo directo de Madrid, que a ver si se había caído en Burgos, y la pobre chica que no tenía ninguna culpa intentando capear el temporal, ante un hombre que probablemente admiraba. El trance se solucionó con una tournée por las tiendas más exclusivas de San Sebastián para poder vestir como era debido a la chica Almodóvar en cuestión. O sea que ya sabéis, si os invitan a un festival, id sin maleta y decid que os la han perdido, que os volvéis a casa con fondo de armario nuevo.

Me voy a comer algo rápido, que hay que ver Vicky Cristina Barcelona a las 3, y a partir de las 6, el primer programa del festival. Hasta mañana, y ¡mucho cine!

martes, 16 de septiembre de 2008

El cine llega a Donostia a todo tren

A 2 días del inicio del zinemaldia, me comprometo ante el puñado de asiduos a este rinconcito de internet a dar cumplida cuenta de mis vivencias en esa experiencia cinematográfica total en la que estoy a punto de sumergirme. Todos los días me va a tocar dirigir el programa Magazinema, dedicado a cubrir todo lo que conlleva un evento de esta magnitud, y vamos a ver si encuentro tiempo entre película y película, tras ruedas de prensa, entrevistas, programa, y avituallamientos relámpago, para contaros algo aquí. Nada más escribirlo ya empiezo a arrepentirme, pero bueno, tengo el blog un tanto abandonado, y hay que volver a pleno rendimiento.

Como calentamiento previo, y previendo la que se me puede venir encima, ya que sólo voy a poder seguir la sección oficial, y el nivel de densos, qué digo densos, plúmbeos dramones puede ser no apto para los adictos a las emociones fuertes, vamos, a los que nos gusta todo tipo de cine, nos gusta la variedad y el equilibrio, he optado por meterme una dosis de buen cine del oeste viendo El tren de las 3:10, que ha cumplido las expectativas con creces.

Estamos ante un remake del clásico de Delmer Daves del año 57 protagonizado por Glenn Ford y Van Heflin. Yo no recuerdo haber visto el original, aunque es probable que disfrutara de el comiéndome un bocadillo de chorizo Pamplona sentado a lo indio sobre la piel de vaca que vestía el suelo de la sala en la que pasé mi infancia. El relato en el que se basa la historia lo firmó Elmore Leonard, todo un clásico, suyas son historias llevadas recientemente a la gran pantalla como Jackie Brown, Cómo conquistar Hollywood, Un romance muy peligroso, y otros títulos más añejos como Joe Kidd, Un hombre, o ¡Que viene Valdez!

Es un western, sí, pero no es sólo una película de acción, que bien llevada y con los tiempos que corren tampoco sería algo a despreciar, estamos ante un película de personajes, un duelo interpretativo de muchos kilates entre Russell Crowe y Christian Bale, un antagonista y un protagonista, un malo y un bueno, un villano y un héroe, pero ¿podemos constreñir tanto los personajes del pistolero Ben Wade y el granjero Dan Evans? Realmente no, la evolución de los personajes, ese viaje que vivimos con un granjero escoltando hasta el tren que va a llevar a prisión a un sanguinario pistolero, para con el dinero obtenido por esa misión poder salir de la miseria en la que está sumida su familia, nos va descubriendo a través de su relación unos personajes ambiguos, con una oscura razón de ser, y actuar. No acabamos de entender la huida hacía adelante del granjero prácticamente hasta el desenlace, al pistolero no le entendemos ni entonces, ¿o sí? Sólo se puede explicar a través de la complejidad del alma humana, y de ello da buena cuenta James Mangold (Copland y Walk the line, el biopic dedicado al gran Johnny Cash) que lleva la historia con pulso firme.

Hemos realizado un viaje a través del desierto de Arizona acompañando a ese puñado de cowboys, y al final, nos ponen un nudo en la garganta. Nos emocionamos con ellos, en un desenlace que hay que decir que es distinto al del filme original. ¡Cómo he disfrutado con El tren de las 3:10! ¡Sólo me ha faltado el bocadillo de chorizo Pamplona!

Tras las primeras calabazas de cara al programa del festival, vamos a tener que dedicarnos a descubrir nuevos valores, aunque seguro que nombres conocidos también caen, pero con Banderas por ejemplo, su representante solo ha dado la posibilidad de realizar entrevistas durante 2 horas, que serán exclusivas para los informativos televisivos y las revistas de cine, o sea que vamos a ver si pillamos a Melanie aburrida en la recepción del Mª Cristina, y con Bardem, otro tanto, aunque en este caso no cabrá la posibilidad de asaltar a Pe, que no se va a pasar por el zinemaldi, ni a Scarlett Johansson, aunque con ella estoy muy enfadado porque no me está siendo fiel, lagartona... http://www.vanitatis.com/cache/2008/08/01/16_scarlett_johansson.html