Olentzero es un espía. Él conoce mejor que nadie tus secretos, tus recuerdos, incluso los de índole sexual, el amor que alimenta tu existencia, los amigos con los que compartes desternillantes experiencias. Sabe que tu contraseña en facebook es supercalifragilístico, y que te pirras por un talo con chorizo. Que tu personaje de tebeo favorito de la infancia era Benito Boniato estudia bachillerato, y también conoce la balada que siempre le dedicas a quien es la guinda de tu vida. Por supuesto está al tanto de que lo que más te gusta de ella es su sonrisa y su sinceridad, y de que atravesarías el océano a nado sólo por hacerla feliz, porque ella es la que alimenta el calor de tu corazón. Él sabe que el amor puede ser efímero, y por ello considera fascinante vuestra entrega incondicional, la moral con la que afrontáis los sinsabores de la vida. Para él resulta emocionante vuestra compenetración, y divertida esa curiosa costumbre vuestra de poner una valeriana en vez de un abeto por navidad, planta que acaba todos los años deshojada por culpa de vuestra traviesa gata Mística.
Y una navidad más, aunque esperaras carbón, lo que encontrarás envuelto en papel azul bajo la valeriana, es un regalo, pero de lo que no tienes dudas es que ese no es tu mejor regalo. Tu mejor regalo es ella. Olentzero lo sabe, y en secreto, te envidia.
