martes, 16 de septiembre de 2008

El cine llega a Donostia a todo tren

A 2 días del inicio del zinemaldia, me comprometo ante el puñado de asiduos a este rinconcito de internet a dar cumplida cuenta de mis vivencias en esa experiencia cinematográfica total en la que estoy a punto de sumergirme. Todos los días me va a tocar dirigir el programa Magazinema, dedicado a cubrir todo lo que conlleva un evento de esta magnitud, y vamos a ver si encuentro tiempo entre película y película, tras ruedas de prensa, entrevistas, programa, y avituallamientos relámpago, para contaros algo aquí. Nada más escribirlo ya empiezo a arrepentirme, pero bueno, tengo el blog un tanto abandonado, y hay que volver a pleno rendimiento.

Como calentamiento previo, y previendo la que se me puede venir encima, ya que sólo voy a poder seguir la sección oficial, y el nivel de densos, qué digo densos, plúmbeos dramones puede ser no apto para los adictos a las emociones fuertes, vamos, a los que nos gusta todo tipo de cine, nos gusta la variedad y el equilibrio, he optado por meterme una dosis de buen cine del oeste viendo El tren de las 3:10, que ha cumplido las expectativas con creces.

Estamos ante un remake del clásico de Delmer Daves del año 57 protagonizado por Glenn Ford y Van Heflin. Yo no recuerdo haber visto el original, aunque es probable que disfrutara de el comiéndome un bocadillo de chorizo Pamplona sentado a lo indio sobre la piel de vaca que vestía el suelo de la sala en la que pasé mi infancia. El relato en el que se basa la historia lo firmó Elmore Leonard, todo un clásico, suyas son historias llevadas recientemente a la gran pantalla como Jackie Brown, Cómo conquistar Hollywood, Un romance muy peligroso, y otros títulos más añejos como Joe Kidd, Un hombre, o ¡Que viene Valdez!

Es un western, sí, pero no es sólo una película de acción, que bien llevada y con los tiempos que corren tampoco sería algo a despreciar, estamos ante un película de personajes, un duelo interpretativo de muchos kilates entre Russell Crowe y Christian Bale, un antagonista y un protagonista, un malo y un bueno, un villano y un héroe, pero ¿podemos constreñir tanto los personajes del pistolero Ben Wade y el granjero Dan Evans? Realmente no, la evolución de los personajes, ese viaje que vivimos con un granjero escoltando hasta el tren que va a llevar a prisión a un sanguinario pistolero, para con el dinero obtenido por esa misión poder salir de la miseria en la que está sumida su familia, nos va descubriendo a través de su relación unos personajes ambiguos, con una oscura razón de ser, y actuar. No acabamos de entender la huida hacía adelante del granjero prácticamente hasta el desenlace, al pistolero no le entendemos ni entonces, ¿o sí? Sólo se puede explicar a través de la complejidad del alma humana, y de ello da buena cuenta James Mangold (Copland y Walk the line, el biopic dedicado al gran Johnny Cash) que lleva la historia con pulso firme.

Hemos realizado un viaje a través del desierto de Arizona acompañando a ese puñado de cowboys, y al final, nos ponen un nudo en la garganta. Nos emocionamos con ellos, en un desenlace que hay que decir que es distinto al del filme original. ¡Cómo he disfrutado con El tren de las 3:10! ¡Sólo me ha faltado el bocadillo de chorizo Pamplona!

Tras las primeras calabazas de cara al programa del festival, vamos a tener que dedicarnos a descubrir nuevos valores, aunque seguro que nombres conocidos también caen, pero con Banderas por ejemplo, su representante solo ha dado la posibilidad de realizar entrevistas durante 2 horas, que serán exclusivas para los informativos televisivos y las revistas de cine, o sea que vamos a ver si pillamos a Melanie aburrida en la recepción del Mª Cristina, y con Bardem, otro tanto, aunque en este caso no cabrá la posibilidad de asaltar a Pe, que no se va a pasar por el zinemaldi, ni a Scarlett Johansson, aunque con ella estoy muy enfadado porque no me está siendo fiel, lagartona... http://www.vanitatis.com/cache/2008/08/01/16_scarlett_johansson.html


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