jueves, 17 de enero de 2008

CurriCUOREm

Así podríamos llamar a nuestro historial sentimental. Hay quien, como ocurre con el laboral, infla la contabilidad de sus conquistas y escarceos, pero en el caso del curricuorem, me temo que esto es contraproducente: Mayor experiencia no conlleva mayor éxito, las muescas en el cabecero de la cama no acarrearán un plácido retiro emocional.
Cuando cambiamos de trabajo, se supone que nuestra experiencia nos beneficia, pero ¿hasta que punto nuestro curricuorem pasado garantiza que en nuestro nuevo puesto de complicidad sentimental vayamos a encontrar la estabilidad necesaria? ¿Esa experiencia acumulada es efectiva/afectiva?
Vivimos tiempos de precariedad laboral, contratos basura -cuando los hay-, ya que cada vez los empresarios apuestan más por "invitarte" a que engroses la lista de trabajadores en régimen autónomo. Los tiempo cambian: Antes un trabajo, y una relación, eran "fijos", para toda la vida. Ahora, como mucho, pueden ser indefinidos: Hasta que la muerte o la jubilación nos separe, o hasta pasado mañana.
La vida se nos escapa, los sentimientos intentan afianzar sus patitas en nuestros corazones, pero la inmediatez lo contagia todo.

AaMhOoRra

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, son momentos de transición, quizás a ninguna parte, quizás a parte alguna. A veces, las puertas de salida con la palabra exit son para entrar en una habitación infernal. En cualquiera de los casos, el monoteismo en el amor como en la religión y las finanzas sólo conduce al hastío, la venganza y la muerte: a la división entre creyentes y no creyentes, "fieles" e "infieles". El politeísmo amoroso requiere una premisa de inicio: uno es dueño de su cuerpo hasta que éste deja de ser tal, o deja de decir “siento, luego existo”. Amar a distint@s dios@s puede ser enriquecedor, como el viajar a distintos lugares, a condición de beber de ellos, de dejarse embeber. Sólo hay que saber exponerse a la intemperie, y aunque duela, no decirlo con pelos y señales, como en un ambulatorio amoroso. Entre otras cosas, los seres (humanos) son formas, son fuerzas y aromas, y el supermercado está lleno de ellos. Elige y seduce, no poseas, seduce, siempre dejarás un resto, efímero, como la huella en la orilla. La cuestión es no permanecer. Es un buen objetivo. Para conversar y hacer chantajes están l@s amig@s.