jueves, 13 de diciembre de 2007

El otro lado del espejo

No estaba. Pero he estado. Sí Susana, he atravesado el espejo. Me he convertido en uno de ellos. Un escuchante. Nervioso. Como un padre que suelta el sillín de la bici de su hija ese día en el que aprende a pedalear sobre 2 ruedas. El padre sigue corriendo junto a la bici, para que la niña piense que le sigue agarrando el sillín, pero es ella sola la que mantiene el equilibrio. Y es mejor así, porque si ella se da cuenta de que avanza por sí sola, se cae. Ese por supuesto no es el caso de Susana, que pedalea perfectamente a través de las ondas, y le da su sello personal al programa: Dentro de una línea, que la tiene esa criatura mutante llamada La última seducción, pero Susana es Susana (por suerte para ella), y yo soy yo, que sería terrible tener 2 Martijas, aunque bien mirado podría trabajar el otro y yo vivir del cuento... Bueno, para eso ya tengo al Ayudante del Marti.
Pues eso, Susana le da distintos matices al programa, y eso lo enriquece, porque quiero que La última seducción sea un programa más que personal, con personalidad, y ahí caben perfectamente 2 personalidades: 2 horas, de lunes a viernes, 14 años de radio a mis espaldas, y a menudo cansado yo mismo de escucharme.
Decía 2 personalidades: También está la Aguado, cada vez que llega tenemos que agarrar el mantel para que no se nos vuele... Se está haciendo la remolona para participar en el blog, a ver si le jaleáis en el blog o en el foro, y acaba jugando.

Por cierto, ya os dije que esto de los blogs es nuevo para mí, todavía circulo con la L a la espalda, y resulta que tal y como estaba configurado, solo podían hacer comentarios los que tenían cuenta de correo de gmail. Ya lo he cambiado, y ahora cualquiera puede hacer su aportación. Sois bienvenidos. Felices sueños.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me voy a estrenar en el blog.Esto también es nuevo para mí..pero hay que probar y ver que sale...
Qué dificil es delegar cuando nos creemos imprescindibles .... y qué gratificante es comprobar que si nos apartamos del camino para dar paso a otros , el mundo no se acaba... Yo creo , además, que siempre gana el que es capaz de apartarse para dejar brillar con luz propia a cada uno de los protagonistas..qué bueno dejar de brillar tanto para los demás y reflejar esa luz en nosotros mismos, cargar las pilas , como se dice...siempre viene bien.