viernes, 4 de abril de 2008

Pole position

Seguro que algún psicólogo de guardia me lo puede explicar: A menudo, en un semáforo en rojo, nos encontramos a dos coches en paralelo esperando que se ponga en verde. En un momento dado, y ante la inminencia del verde, uno de los dos arranca, saltándose el semáforo, y es que todavía está en rojo. Pero es que el que está a su lado, no se si por empatía o por qué, casi al mismo tiempo inicia idéntica maniobra. El primero toma la iniciativa y voluntariamente avanza, pero el segundo se deja arrastrar, e igualmente se salta el semáforo rojo. ¿Qué sentido tiene? En dos o tres segundos no cometerían una infracción, que el primero decide cometer y el segundo parece no poder evitar.
¿Será la fiebre de la fórmula 1 que se contagia a través del asfalto? Todavía recuerdo aquellos tiempos en los que los representantes españoles en el circo de la F1, véase Luís Pérez Sala, Adrián Campos o Marc Gené bastante tenían con acabar la carrera, como ocurre en las últimas temporadas con Takuma Sato, Scott Speed o Tiago Monteiro, por poner algunos ejemplos. En un país en el que el deporte rey no consigue pasar de cuartos en mundiales y eurocopas, era lógico esperar que un deporte mediático como la F1 arrastrara masas al rebufo del éxito de Fernando Alonso. Pero esta temporada, en la que parece que el asturiano va a emular a los del fútbol y también va a caer en "cuartos", veremos si se mantiene el tirón popular de la F1, que los españoles son de mal perder...
A ver si al menos sirve para que nos tomemos la salida de los semáforos con más calma, fitipaldis...

1 comentario:

gora Egia dijo...

¿Si los monoplazas se dedicaran a empezar la carrera cuando les apeteciera, a adelantar al safety car y atropellar a los mecánicos haciendo eses a 300 km/h. en los boxes y la FIA estuviera satisfecha recaudando por cada pierna y (ya puestos) cada cabeza destrozadas, qué dirían esos "fitipaldis"? La falta de educación vial en nuestras carreteras se ha contagiado a las calles, donde salen en rojo incluso los vehículos de transporte público. Eso por no mencionar a los que se saltan los semáforos en rojo sin siquiera hacer amago de parar. Sin embargo, el colmo son las autoridades que hacen la vista gorda mientras puedan poner multas por aparcamiento que engrosen las arcas municipales.