lunes, 7 de abril de 2008

Huérfano

1. adj. Dicho de una persona de menor edad: A quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre. (diccionario de la RAE)

Cuando pusimos en marcha este blog, mi idea era plasmar en el esos pensamientos efervescentes que me asaltan a cada instante y que no podían ser material radiofónico. Observando el mundo con un poco de curiosidad, a cada instante surge algo sobre lo que reflexionar, la vida es una fuente inagotable (hasta que se agota) de vivencias, experiencias que son susceptibles de ser escritas y compartidas con aquellos que visitan esta bitácora.
Es un hobby, un entretenimiento, un ejercicio, pero también, en cierta medida, un compromiso: Desde el momento en el que un puñado de personas lo visitan regularmente para ver qué les contamos, hay que ofrecerles algo, y no cualquier cosa, algo que creamos que merece la pena, luego ya está el criterio personal de aquellos que visitan el blog para valorarlo, pero supongo que si son asiduos, será porque les gustan nuestras divagaciones.
Desde hace un mes, más allá del tiempo que dedico a trabajar, a estar con los amigos, a ver una película, o a amar a quien se merece ser amada, mi mente no puede abandonar el recuerdo de mi padre: ¿A qué edad deja uno de ser huérfano? ¿O de sentirse así? En cualquier momento me asalta su recuerdo, no me abandona, un sentimiento sereno la mayoría de las veces, aunque hay ocasiones en las que ese recuerdo, puede ser incluso olfativo, aquella crema que le daba en los talones para que no le salieran llagas, me deja en jaque emocional por un tiempo.
La vida sigue, la mía, con su recuerdo, con su vacío, que quedará ahí para siempre, lo se, y de hecho si no está el, que me quede al menos ese vacío, ese recuerdo, que mi padre siga presente en mi vida a través de su ausencia, pero también a través de lo que me enseñó, y de lo que aprendí de el sin que él me lo enseñara.
Espero poder contaros otras cosas próximamente, que el blog crezca, evolucione, se enriquezca, se ramifique, que mi mente pueda volar por otros paisajes, y que os apetezca que los comparta con vosotros.

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