Acabamos de terminar la edición número 892 de La última seducción. Y esta sí que es la última. Pero si la versión radiofónica ha realizado el canto del cisne, no va a ocurrir lo propio con la blogera: Aquí seguiremos, contándoos esas cosas que nos asaltan en el momento más insospechado y dan pie a desbarrar un rato sobre el teclado del ordenador. Nos vamos al Mescal. Hemos quedado para atravesar el espejo como Alicia, y juntarnos con todos aquellos que sientan como propio el programa. Seguimos leyéndonos.viernes, 16 de enero de 2009
La última seducción no se acaba
Acabamos de terminar la edición número 892 de La última seducción. Y esta sí que es la última. Pero si la versión radiofónica ha realizado el canto del cisne, no va a ocurrir lo propio con la blogera: Aquí seguiremos, contándoos esas cosas que nos asaltan en el momento más insospechado y dan pie a desbarrar un rato sobre el teclado del ordenador. Nos vamos al Mescal. Hemos quedado para atravesar el espejo como Alicia, y juntarnos con todos aquellos que sientan como propio el programa. Seguimos leyéndonos.
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1 comentario:
Me alegra la decisión.
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