http://www.publico.es/espana/347415/la-iglesia-necesita-tu-ducha-y-tu-lavadora
Feligrés, no hace falta que pongas la otra mejilla, si sacas la vajilla. Tú lavadora puede ayudar a que los peregrinos estén inmaculados, y para la concepción, nos puede servir tu colchón. El agua de tu ducha bendita es, y si metes algo en nuestra hucha, alegras a Benedicto XVI. Danos panes y peces, que ya descubriremos donde depositar las heces.
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